En la mayoría de caminos de luz en la tierra, ya sean religiosos o científicos, como el psicoanálisis, la logoterapia y psicología. Se recomienda cultivar las virtudes, cualidades nobles de la mente desde la resonancia con la empatía, y lo que en el Budismo se conoce como Paramitas.
Nosotros como seres humanos estamos predispuestos al relacionamiento social, si o si, nuestra vida es una coexistencia con otros, y tienen un impacto en la percepción propia, en la psique junto con nuestras creencias, formas de pensarnos y con el actuar que crea nuestra vida.
Si aprendemos a gestionar la manera en la cual reaccionamos ante las situaciones tal cual son, con los factores que las crean, personas y la exteriorización de su mundo interior. Entonces reducimos la complejidad de no poder controlar nada fuera de nosotros.
En este punto entran las virtudes, que muchas veces se describen en nosotros, como aspectos Divinos del alma que sobrepasan la lógica y el comportamiento aprendido desde el colectivo social. El actuar contra intuitivo desde el pensamiento cultural, como no agredir a quien te ofende, responder con amabilidad a quien te insulta, actuar para el bien común, desde la extensión del equilibrio interno, etc. Ahora, tu continua con la lista 😊
Es contra intuitivo porque nos han enseñado que la bondad y la compasión son mal pagados con la moneda del dinero, en un mundo de fieras que compiten por “bienestar” desde su creencia de acumulación material, tener calidad de vida está bien, planear la vida con logros y metas es asertivo y funcional. Pero en ese camino de tenerlo todo no nos podemos perder que quien somos internamente, y el termómetro que mide como estamos con nosotros mismo es el propio diálogo interno en el silencio, y el sentir de la vida cuando solo tenemos nuestra propia compañía.
La compasión y la empatía, reduce el cortisol, aumenta la serotonina y causa en nosotros un bienestar naturalmente real. Las virtudes nos ayudan a conectar con nuestra vida desde quien somos realmente, la creación consciente de nuestra vida.
La empatía es reconocernos en el otro, sabernos desde nuestro entendimiento del dolor, las causas del sufrimiento de lo externo que nos agrede. Si hay una acción, habrá una reacción, si hay un efecto, es porque antes lo predispuso una causa.
Nosotros, los seres humanos, comunes y corrientes, no podemos descifrar las causas del sufrimiento de los demás, que los motiva a ser reactivos. Pero, si podemos, desde la comprensión de quién somos, apelar a nuestras virtudes para descifrar cuáles de nuestras acciones internas y externas nos causan estados de sufrimiento.
Los músculos se entrenan desde la incomodidad de alzar peso que no podemos soportar, escribe una lista de las virtudes que necesitas para cada situación reactiva de tu vida y entrena el perdón, la resiliencia y todas las paramitas (la generosidad, la disciplina ética, la paciencia, la diligencia (o esfuerzo gozoso), la meditación y la sabiduría) todas esas cualidades que necesitas para hacerte más fuerte desde la mente y el alma.